Dios nos salvo por que el nos amo, porque el nos ama, porque el nos seguira amando, no por lo que haces, sino por su caracter, por su promesa, por su fidelidad, pero hoy en dia todos se creen llamados y hechos hijos de Dios, todos creen haber sido ya salvados por hacer una vana y repetitiva oración, que en ninguna parte de las escrituras se repite, haciendo invitaciones al altar, recalcando la importancia de la alabanza como medio para evangelizar, ¿En que parte de la palabra, Jesús espero a los musicos para ministrar para arrepentimiento?, hermanos, la palabra es suficiente, y tengo tristeza, de aquellos que dicen buscar glorificar a Dios, pero de lo que menos quieren escuchar, es de la Palabra. Dios nos salvo, pero al igual que nos llamo para salvación, nos llamo para santificación, una palabra olvidada, pero tan relevante para un creyente verdadero que busca agradar a Dios.

Para que explicarles una y otra vez, si terminando de escuchar, de leer, de ver, no haran nada de lo que se les acaba de predicar; Quieren escuchar del amor de Dios, pero lo unico que recibiran sera ira, porque lo unico que hacen es pecar y no arrepentirse, muchos solo quieren escuchar el perdon de Dios, pero ninguno pone en obra el perdonar a tus hermanos y enemigos, muchos solo quieren la bendición de Dios, pero no quieren al Dios de la bendiciones, muchos solo quieren ser bendecidos, pero no quieren ser de bendición para otros.

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio." (2 Timoteo 4:1-5)

Dios me ha llamado al ministerio, y el hecho de que el fuera abriendo las puertas hasta este punto en donde podemos predicar del evangelio a poco mas de 500 personas, es algo milagroso, porque un joven solo no lo lograria, estos hechos me dan seguridad, de saber que Dios esta conmigo, porque de lo contrario, yo estuviera en el mundo, y para cerrar esta idea introductoria, muchos creyentes, mas pastores, procuran con diligencia presumir su gran rebeldia en contra de Dios, al mencionar "Yo no queria y no queria servir a Dios, pero el me insistio y me dio todo para poder llegar a estar aqui", les pregunto, ¿Que les pasa por esa cabeza que no tiene nada de Dios?, Dios es misericordioso e insiste, pero el no espera que necios pasen al frente de su pueblo para hablar la verdad, tu estas al frente por Dios, y por Dios también estaras en el infierno, Dios no te necesita, en cualquier momento trae a otro predicador que sea mas fiel que tu, pero no seas soberbio, al decir que Dios te suplico venir a servirle, cuando Dios es Rey de reyes, Señor de señores, con angeles de millares que estan deseosos por adorar al Cristo Vivo.

Exhorto a todo aquel quien esta aqui, que prediquemos la palabra del Señor, porque si no somos capaces de predicarla, no hemos comprendido nada de lo que ahi esta escrito, no esperes a ser un seminarista, ni a tener 80 años para empezar, si Dios ya te llamo, empieza desde ahora, ¿No sabes como?, antes de salir alla afuera a decir cuanta blasfemia crees, primero estudia la palabra, y nunca dejes de estudiar, ama a Dios con todo tu corazón para predicar con amor, ama a Dios con toda tu mente, para poder compartir el verdadero mensaje, ama a Dios con todas tus fuerzas, para poder estar apasionado por el predicar.

No hay sana doctrina, porque hoy en dia, ya no esta la palabra de Dios en las iglesias, ¡La iglesia no es una reunión social!, porque las cosas mas importantes que suceden en el universo, no suceden en las grandes casas presidenciales, o potencias mundiales, sino que suceden dentro de las iglesias, ¿No se dan cuenta hermanos que han dejado de seguir al Dios de las escrituras?, ¿No ven que cuando el predicador habla mas de una hora de la palabra de Dios tienen comezón de oir?, porque el que tiene hambre, no se sacia, al igual que como somos con el pecado, siendo hijos del diablo, asi cuando somos hijos de Dios, nunca nos saciaremos de escuchar su voz.

Pero para aquellos que ya estan predicando la sana doctrina, un mensaje del Apostol Pablo a Timoteo, que les servira a ustedes: "soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio", hermanos, cumplamos el ministerio al cual Dios nos ha llamado, y empieza desde la santificación, no desde que estamos al frente de la iglesia, sino desde el punto en donde cuando viene la antigua tentación que era nuestra debilidad, ahora Dios se manifiesta y ya no somos mas esclavos del pecado.

"Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león." (2 Timoteo 4:17)

"Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová. Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas" (Deuteronomio 11:13-20)