"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias" (Colosenses 4:2)
Creemos y sabemos, conocemos y reconocemos, decimos y proclamamos, que hay un solo Dios, Jehová de los Ejércitos, recordamos y tenemos en cuenta, la historia del sacrificio de su Hijo, memorizamos y hacemos notar, cada detalle, desde el contexto histórico, contexto cultural... buscamos y encontramos, cada detalle para profundizar más y más en las escrituras, ¿Pero realmente estamos profundizando?; Conocemos al Dios de la Biblia, pero ninguno ha visto al Dios de las Escrituras, porque nuestro equívoco pensar de creer, es que pensamos, que hemos conocido al Señor, cuando solamente hemos leído acerca de Él; Muchos conocen la Biblia, muchos se saben citas de memoria, pero aún no tienen un encuentro personal con Jesucristo, porque sí, te puedo describir como Cristo es el alimento que te quitará el hambre, el más delicioso, pero yo hablándote de comida, no te quitaré el hambre, sin embargo, el día que pruebes del agua que quita la sed, entenderás que es verdadero; Muchos de los creyentes que están hoy en día en las iglesias, no han experimentado un encuentro con Dios, porque pasan más tiempo haciendo cosas en la tierra, que de rodillas en la presencia de Dios.
¿Un creyente puede vivir de únicamente oración?, nuestra vida debe basarse en un 30% de escudriño de las Escrituras, y un 70% de oración, porque si lo giramos, ¡No hemos conocido al Señor al cual procuramos servir!.
"Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público." (Mateo 6:6)
He escuchado la frase y por error alguna vez, lo he llegado a decir "Para vivir una vida santa, tienes que orar", pero que nefasto error he enseñado, porque la realidad es completamente diferente, porque si dijéramos la frase correctamente, diríamos "Para orar, debemos tener una vida santa"
"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob." (Salmos 24:3-6)
"Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana." (Isaías 1:15-18)
La oración es algo que se ha abandonado o se ha puesto como algo que no es necesario dentro de las Iglesias, ¿Me refiero a que las Iglesias no oran?, claro que no, las Iglesias claro que están orando, pero la cuestión está en ¿Cómo están orando?, muchas solamente hacen una reunión para orar por temas, que realmente ni siquiera les quebranta o rompe el corazón, y lo vemos en el motivo de que van a orar como obligación de la Iglesia, y algo que puedo decir, es que hoy en día tenemos más grupos de oración con vanas palabrerías, que grupos de oración con intercesores, ¿Intercesores?, ¿Acaso Cristo no es nuestro Intercesor?, claro que sí, y él quiere que nosotros, como hermanos, oremos unos por otros, para animarnos, y buscar siempre como un solo hombre, como cuerpo de Cristo, la santidad que nos define como Hijos de Dios.
Hemos pecado contra Dios, porque el que ora ya no puede pecar, y el que peca, ya no puede orar, muchos de los que están leyendo esto, desde hace mucho tiempo, ya no pueden orar, pero deben buscar acercarse a Dios, limpios; Muchas veces Dios no responde la oración, pero en otras ocasiones ni siquiera la escucha, porque eres abominación delante de sus ojos, hasta el día en que te arrepientes; No busques al mundo para dejar tu pecado, busca a Cristo, para morir, y resucitaras como una nueva criatura, y experimentaras lo que es la oración verdadera.
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