"Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia." (Romanos 6:14)
Generación de hipócritas, ¿Creen que escaparan al juicio de Dios?, ¿Creen que podrán vivir como se les de la gana y no rendirán cuentas?, ¡Oh! Cuan equivocados están, pues de toda obra, e intención del corazón, tendrán que dar cuentas, y a ¡Él! No lo podrán engañar... malditas fachadas de piedad, son la enfermedad en medio de la congregación, si única virtud es ser la podrida llaga de espina que nos hace a nosotros, el pueblo de Dios crecer en santidad; Claro que ustedes son llamados, para diferenciar quienes son los falsos maestros, nubes sin agua, abominables delante de los jos de Dios, ¿Por qué lo hacen? ¿Qué los motiva? O es acaso, como Judas, para entregar a Cristo, Satanás mismo entro dentro de el, pero ¡Oh no! Ustedes son más culpables, son dignos de muerte, y muerte eterna... no tienen conciencia en cuanto a su pecado, no tienen ningún derecho a llamarse cristianos, ustedes son ajenos a nosotros, extranjeros al Evangelio, son perversos y engañosos, pensadores de vanidades, y amadores de sus deleites, no sólo se complacen en pecar, sino que buscan con quienes deleitarse; No es que no sepan que hacen mal, pues si lo saben, ¡Insensatos! Saben cual es el juicio de Dios, y no tienen temor... ¡Oh, no jueguen con Dios, un día l veras, y verdaderamente le temeras, cuando escuches tu sentencia ser determinada!.
Abusadores de la Gracia, aborrecedores de Dios, amantes de lo profanos e irreverentes a lo santo, no saben diferenciar entre lo bueno y lo malo, son desleales, infieles, mentirosos, son pecadores que aman su pecado... no me interesa cuanta Escritura te sepas, no me importa que tan elocuente seas en tu forma de exponer, no vale de nada tu maldito sacrificio por la obra, pues todo lo que haces es abominable, Dios está harto de escucharte alabar con tus labios, mientras fornicas en tu corazón como provocar mal al avance del Reino de Dios, ¡Ustedes no son amigos de Dios, ustedes son enemigos del Dios vivo, y el día en que caigan en sus manos, y ciertamente pasará... conocerán todo el furor que Cristo soportó en la cruz y despreciaron al vivir aquí en la tierra como necios!.
La verdadera gracia no es simplemente un favor inmerecido, pues todos experimentan eso, hasta los incrédulos que abren sus ojos un día más, cuando miran sus ganancias y ven prosperacion, piensan en sus corazones que: ¿Acaso me vendrá algún mal?, como ladrón en la noche, como tamo arrebatado, como tempestad en el mar, como diluvio en la tierra, será su pronta destrucción, y no habrá quien los ampare, ¿Quién te podrá librar de la Ira de Dios, si tu desprecias a su Hijo.?. Esto es la gracia soberana desconocida hoy: La misericordia ha sido dada en todo el Antiguo Testamento y nos anunciaba el perdón de pecados, pero la gracia, es usada en todo el Nuevo Testamento, y es dada, para que por medio del poder de Dios, andemos en santidad, sin ser enseñoreados por el pecado... No puedes decir vivir en la gracia y ser dominado por el pecado... no puedes decir ser de Cristo y vivir en el reino de las tinieblas... no puede brotar de una misma fuente, agua dulce y agua salada... no se puede...
La verdadera gracia soberana, se muestra en una sumisión de abnegación total voluntaria ante nuestra cabeza que es Cristo, amarlo no es simplemente mirar a la cruz, es tomarla y comenzar a caminar por los pasos que el nos dejó; ¡¿Saben por qué Cristo nunca peco?! Muchos dicen que es por que era Dios, y ciertamente si, pero rehusó a utilizar sus recursos como Dios, se despojo a si mismo, dice la Escritura, para poder ser tentado como hombre y ser compasivo con nosotros a la hora de interceder por nosotros.
"Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él." (Lucas 2:40)
Cristo nunca peco, porque no hubo ni un solo momento en el que el no estuviera bajo la Gracia de Dios, Hebreos nos dice que el es nuestro precursor, el marco el camino, él salió primero y abrió entrada nueva para recorrer, el ya marcó el camino al cielo, y es el, el ya abrió la puerta, y es el, el ya nos dio la verdad para recorrer este camino y vivir en santidad, y es el.
Vivamos bajo la gracia de Dios, y seamos asombrados por su Soberanía al ver, que si no caemos ante la tentación es porque estamos bajo la gracia de Dios, y no es por nuestra propias fuerzas u obras...
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