Hace unos días, una hermana me sugirió un tema de reflexión "Después de la caída, que...?" (Que pasa si caemos?, Si volvemos a caer?), sin duda muy interesante ya que hoy día muchos hermanos en Cristo están preocupados por este hecho, toda vez que no es muy difícil que siendo cristianos caigamos en pecado. Hace tiempo escribí un tema que se titula ¿Dios perdona al Cristiano? Y habla precisamente del hecho real que Dios si perdona a quien aun siendo cristiano cae en pecado y se arrepiente, y para no ser repetitivo les animo a revisar ese tema. Sin embargo hoy se trata de una segunda recaída, es decir, ya peque, me arrepenti y fui perdonado, ahora vuelvo a pecar, ¿Que esperanzas tengo?...
Pues bien, cuando recibimos a Cristo y nacimos de nuevo, fuimos hechos "Nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17), Dios en su infinita misericordia nos renovó por completo, no obstante esto, el Señor sabe que nuestra naturaleza pecaminosa seguirá con nosotros mientras vivamos y por ello a lo largo de la Escritura se nos anima a los Cristianos a "dejar nuestra pasada manera vana de vivir", a "hacer frutos dignos de arrepentimiento", es decir a vivir la vida dependiendo exclusivamente de Dios, pero cuando dificil es esto ante tanta presión del mundo, no por nada Jesús mismo le pidió al Padre por nosotros diciendo "no pido que los quites del mundo sino que los guardes del mal" (Juan 17:15). Con esto quiero decir que el Señor mismo sabe cuán débiles somos, y más aún si deliberadamente nos apartamos de Dios. Todos los Cristianos sabemos que Satanás trabaja arduamente para que caigamos y nos unamos a él, así que conociendo nuestras debilidades, hará todo lo posible por que los hijos de Dios caigan una y otra vez.
El apóstol de Pedro sentencia que aquel que después de haber sido limpiado por la sangre de Cristo vuelve a su primer estado, es decir al pecado, es como la puerca lavada que se revuelve en el cieno o el perro que traga su vómito, y dice no hay más que hacer (2 Pedro 2:20-22), algo similar escribe Pablo a los hebreos cuando dice: "Porque si pecaramos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados" (Hebreos 10:26).
En principio bueno es no engañarnos a nosotros mismos, ya que cuando recaemos al pecado en forma deliberada una otra vez, y no recurrimos al auxilio de Dios, es muy probablemente se deba a que nuestra conversión a Dios haya sido puramente emocional, hay muchos casos de personas que creyeron ser salvos, la emoción del momento pudo más que su razonamiento en cuanto a su profesión de Fe y viven engañandose a si mismos creyendo que son salvos, sin permitir que el Espíritu Santo trabaje en sus vidas y es por ello que prefieren vivir en pecado. Lo que significa que caen constantemente, quizá emocionalmente también se arrepienten, sin embargo vuelven a caer como si se tratara de un juego. El Cristiano verdadero difícilmente peca en forma deliberada, si bien es cierto que puede caer en tentación, también es cierto que de inmediato pone su pecado en manos de Dios arrepentido.
VERSÍCULOS:
2 Corintios 5:17
Juan 17:15
2 Pedro 2:20-22
Hebreos 10:26
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