4.- Ambos se deben uno al otro en la relación sexual.
"El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración y volved a juntaros en uno para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia" (1 Corintios 7:3-5). La vida sexual reviste de gran importancia en la relación matrimonial. Entre otras cosas satisface una necesidad física y afectiva de una manera muy sublime y pura, sin embargo muchas veces es descuidada por ambos dando lugar al pecado del adulterio que genera heridas que destruyen a la familia.
5.- Agradarse uno al otro.
El apóstol Pablo cita una característica común y aceptable de la pareja en el matrimonio cuando dice "...el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer" y "...pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido" (1 Corintios 7: 33 y 34). Es importante por lo tanto que ambos busquen agradarse en la inteligencia que el egoísmo no tiene cabida alguna, ya que muchas veces alguno o ambos pretenden únicamente agradarse a sí mismos sin tomar en cuenta ni siquiera la opinión de su pareja.
6.- Maridos, deben dar trato honroso a su mujer.
"Vosotros maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7). Hay dos características que cita la Escritura para dar énfasis a este tipo de honra, primero dice "como a vaso más frágil" y segundo "como coherederas..."; Así que el trato debe ser delicado y tierno para con la mujer tomando en cuenta además que al igual que el varón, ella tiene un lugar especial ante el Señor.
7.- Ambos sean Santos.
"Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor" (1 Tesalonicenses 4:3-4). Dios quiere que nuestra vida sea ejemplar y pura. El matrimonio es Santo porque ha sido instituido por Dios.
Hermanos y hermanas Casados, la santidad del matrimonio no significa que deben limitar sus muestras de afecto y de cariño para con su cónyuge, así como tampoco su relación íntima debe ser vista como impura de ninguna forma ya que ambos han sido unidos y bendecidos por Dios.
Hermanos y hermanas Solteros, antes de dar el paso al matrimonio, aseguren su amor uno por el otro, y hagan conciencia acerca de lo que la palabra de Dios enseña a efecto tengan un matrimonio enteramente feliz, lo cual es la voluntad de Dios.
Dios les bendiga.
VERSÍCULOS:
1 Corintios 7:3-5
1 Corintios 7: 33 y 34
1 Pedro 3:7
1 Tesalonicenses 4:3-4
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