"Tú, pues, hijo mÃo, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús." (2 Timoteo 2:1)
El esfuerzo... que deben realizar los creyentes es algo poco mencionado hoy en dÃa, y si en los pocos casos que existen donde se predica de esto, equivocadamente hacen referencia a la salvación por obras, que sabemos que no es bÃblica, y mucho más que eso, sabiendo que ninguno puede alcanzar la vida eterna por medio de obras de hombres, que aunque delante de nuestros ojos son justas, y dignas de recompensa, delante de los ojos de Dios, son trapos de inmundicia... Nunca podremos llegar a ofrecerle algo semejante o mejor sacrificio de lo que fue Cristo en aquella cruz del calvario a Dios para satisfacer su Justicia.
Encontramos a multitud de creyentes, buscando vivir en santidad para que Dios los ame más, pero esto es contrario a lo que nos dicta la Escritura, realmente el creyente, busca vivir en Santidad, porque Dios lo ama y Dios es el que pone el querer como el hacer por su buena voluntad en el corazón de sus hijos...
Algo interesante y de bastante bendición para los creyentes que podemos encontrar ahora entrando en el segundo capÃtulo de la carta del Apóstol Pablo a Timoteo es... "Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús", El Apóstol Pablo, le hace una admonición a Timoteo de esforzarse, y entendiendo el contexto del cual venimos hablando desde el capÃtulo 1, entendemos que Timoteo estaba pasando por un momento de debilidad espiritual, donde se encontraba viviendo en temor, por las persecuciones, olvido el llamado por el cual estaba en el lugar donde estaba, e incluso llegando a tener vergüenza de compartir y dar testimonio de Cristo e incluso del Apóstol Pablo; Timoteo se encontraba en debilidad, y Pablo le darÃa serias enseñanzas y amonestaciones a partir de ahora, y le menciona que busque sufrir penalidades, y que ahora se esfuerce más de lo que ha hecho toda su vida.
Ahora, todos en algún momento de nuestra vida, en la excelente carrera de la Fe, nos hemos encontrado en debilidad, en un momento donde todos queremos soltar la toalla y rendirnos, pero Dios siempre ha sido fiel, en que cuando más difÃcil es la prueba, y las circunstancias, él nos vuelve a recordar su Gracia inmerecida, y nos recuerda que lo que nosotros sufrimos no es nada comparado con lo que otros hermanos en la Fe están sufriendo en la misma Fe que nosotros profesamos, ¡Cristo murió para perdón de tus pecados!, y ahora nosotros nos avergonzamos de Él, por miedo a la muerte fÃsica que nos pueda dar este mundo, ¡No ven que el Cristiano ya no tiene temor a la muerte, porque cuanto más se acerca ese dÃa, más hermoso será el dÃa glorioso en el que veremos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, sentado a la Diestra del Padre!; Jóvenes, esfuércese en la Gracia que es en Cristo Jesús, tu llamado no lo tienes porque naciste con Él, Dios en su gracia te lo dio, ahora y en este momento de flaqueza, afirma y arráigate más en Dios, no desistas, esfuércese, no persistas en tus debilidades, levántense, pero antes de eso, caigan de rodillas...
"Lo que has oÃdo de mà ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros." (2 Timoteo 2:2)
"Retén la forma de las sanas palabras que de mà oÃste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús." (2 Timoteo 1:13)
No podemos enseñar a otros, si antes no hemos retenido nosotros la Escritura de Dios...
"Porque Esdras habÃa preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos." (Esdras 7:10)
El Apóstol Pablo amonestó a Timoteo a que recordará todas las sanas palabras que de él habÃan salido, que recordara el evangelio, que recordara la Escritura, pero esto comenzaba, con un esfuerzo de renovar su compromiso con Dios, preparando su corazón para inquirir toda la Palabra del Señor, y poder cumplirla, al no avergonzarse de sufrir penalidades, persecución por parte del mundo en nombre de su Señor, y con su ejemplo y enseñanza, encargar, todo eso a más hombres fieles, que no pongan en primer lugar su debilidad ni sufrimiento, sino que sean fieles a la verdad a la cual nunca se avergonzarán... ¡Más, no solo es ser fiel, no solo es caerle bien a los hermanos, no solo es ser parte de la congregación, no solo es leer la Escritura, no solo es ser hombre de oración, no solo es cumplir todos los requisitos para poder alcanzar el buen deseo del corazón…!
"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo." (1 Timoteo 3:1-7)
El llamado de Dios, un don, el ser, maestros de la ley, maestros de la Escritura, no es cualquier juego, es un llamado peligroso, no hablando en términos de decir que no es bueno, sino que:
"Hermanos mÃos, no os hagáis maestros, muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación." (Santiago 3:1)
Hay debilitado espiritualmente, que ha olvidado el evangelio, que ha dejado de retener las Escrituras, no aguantará en medio de las tribulaciones, ni podrá enseñar a otros el precioso y profundo saber de Dios que se encuentra dentro de las Escrituras...
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